Gens Julia. Patricios. Católicos. Latinoamericanos.















jueves, 25 de noviembre de 2010

"Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos porque vuestro gala



"Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque
"Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros" (Mateo 5, 11-12)





Soldados de las legiones VI "Férrea" y X "Equix", participaron en las guerras contra las rebeliones de los judíos nacionalistas llamados zelotes ejecutando crucifixiones masivas en los caminos entre Palestina, Sidón y Damasco. Del mismos modo estuvieron presentes en la pascua del año cronometrado el 33, durante la ejecución del rabí Joshua, conocido como "Galileo" o "Nazareno".
Fueron soldados de estas legiones quienes lo torturaron y asesinaron. Del mismo modo fueron los primeros testigos de su resurrexión. Es muy propable que quienes hayan visto por primera vez al Cristo resucitado hayan sido los soldados romanos encargados de vigilar la tumba del ejecutado. Esto no lo narran los evangelios. Fueron soldados de la Férrea y de la Equix quienes fueron testigos de primera línea de los acontecimientos que se sucedieron en esos años.
Los oficiales de la VI y X pertenecían en su mayoría a la gens IVLII. Son ellos los primeros cristianos no judíos. Destacados en Judea con sus esposas e hijos, sus familias fueron las primeras familias cristianas no judías, mucho antes que los griegos. Ellos se convirtieron al cristianismo durante los primeros años siguientes a la resurrexión del señor Jesuscristo.
Cuando se iniciaron las persecuciones de cristianos en Palestina, Anatolia y Grecia, fueron soldados de la Férrea y de la Equix los encargados de perseguir a los subversivos, cuando ellos mismos ya se habían convertido al cristianismo al interior de sus hogares, permaneciendo fieles al Caésar públicamente. Muchos pidieron su destaque a zonas del imperio donde no había cristianismo como Hispania, Mauritania, Gallia e Italia. Sin embargo los cargos más importantes seguían permaneciendo en poder de la gens IVLII, por otras razones: la gens IVLII no tenía grandes posesiones en Italia, Hispania o Gallia, sino más bien sus propiedades, tierras y riquezas se encontraban posesionadas en Cilicia, Liria, Judea y Siria. Por esta razón la gens IVLII permaneció en Asia Menor hasta el siglo III de la era del señor Jesucristo.